El día en que nacimos nos marca y puede imprimir rasgos distintivos a nuestra personalidad, y por eso ya en la antigüedad se asociaba cada mes del año a una determinada piedra preciosa. Las piedras preciosas tienen unas cualidades asociadas con las que podemos sentirnos alineados; por eso llevar una joya con la gema del mes en la que nacimos puede influir en la potenciación de estas cualidades.

En Roosik & Co estamos pensando en los que vinisteis al mundo en un radiante día del mes de julio... Te imaginas cómo sería coronar este evento con un anillo de compromiso u otra joya que llevara un rubí, tu piedra natal, igual de radiante...?

  

 

Los yacimientos más importantes del preciado rubí se encuentran en países como Tailandia, Myanmar o Sri Lanka; quizá por eso no es de extrañar que tuviera una especial acreditación entre los antiguos pueblos hindúes, que creían que esta gema tenía un valor destacado por encima del resto y la consideraban como la “reina de las gemas”. Según el yacimiento de donde se extrae, las piedras de rubí presentan coloraciones ligeramente diferentes, pero siempre en torno al tono rojizo profundo que tanto identifica esta gema.

 

Justamente es ese color rojo el que le ha dado el nombre con el que le conocemos, ya que ‘rubí’ procede del latín ‘rubens’.

  

Sea cual sea su tono específico, el rojo intenso del rubí ejerce todavía un gran poder de atracción. ¡El rojo es un color tan simbólico! Nos transmite fuerza y ​​resistencia y quizás por eso era la piedra preferida de los guerreros de la antigüedad; ¡no es casualidad que, junto con el zafiro, sea el mineral más duro después del diamante!

La potencia de un color tan intenso y directo es indiscutible y cautiva todas las miradas con la misma centralidad y protagonismo que tiene el sol de julio. Quizás es por eso que se asocia a las personas nacidas este mes, que son alegres como el verano y se sienten cómodas siendo el centro de atención -al igual que lo es el astro rey este mes que debe el número al emperador romano Julio César! -. 

Pero el rojo también se ha convertido en el color simbólico del amor y la pasión, una asociación tan presente en nuestra cultura material que el primer instinto a la hora de dibujar un corazón es pintarlo de color rojo. Las personas nacidas en julio también tienen mucho de esa faceta, porque son empáticas y honestas, justo igual que lo es el amor cuando es de verdad; ¿verdad que sí?