Cuarzo rosa o ahumado, amatista lila, amatista verde, citrino… Son gemas que comparten una gran similitud en su composición química y, juntas, conforman el llamado grupo del cuarzo. El cuarzo es pura sílica, un compuesto químico que se encuentra en un 60% de la corteza terrestre de múltiples formas, como en las piedras, rocas y arenas. El cuarzo rosa obtiene esta tonalidad debido a su composición en fósforo y se le asocia con el amor incondicional y la paz.
La amatista lila es la piedra más apreciada dentro de ese grupo. Se le han llegado a atribuir propiedades sobrenaturales: es protectora y da suerte y estabilidad.
Por su proceso de calcinación a otras temperaturas podemos encontrar amatistas de otros colores: amarillas claras, rojas, verdes o incoloras.
El citrí es considerado el hijo amarillo del amatista y, en la antigüedad, representaba la condensación de la conciencia de los Maestros espirituales.
El más oscuro, el cuarzo ahumado, obtiene ese cromatismo gracias a su exposición a temperaturas de entre 300º y 400º.