Desde siempre, los humanos hemos intentado imitar lo que la naturaleza ha creado. Seguro que es por nuestras ganas de crear, de innovar, de mejorar y de expresarnos. Sin embargo, también porque los recursos de la Tierra son limitados.
Al diamante, le han surgido siempre muchas alternativas: las circonitas, los zafiros blancos, las espinelas blancas… Pero todas ellas han sido consideradas imitaciones o no estaban a la altura. Sin embargo, a día de hoy se ha extendido una nueva opción al diamante natural. Se trata del diamante de laboratorio o sintético.
Te explicamos qué es un diamante natural y uno de laboratorio, cómo se forman y en qué se diferencian. También te exponemos porque nosotros, desde Roosik & Co, seguiremos trabajando con diamante natural . Vamos.
¿Qué es un diamante natural?
Un diamante natural es carbono cristalizado y está considerado el elemento de la naturaleza más duro del mundo.
Los diamantes naturales se crean a 165 kilómetros bajo Tierra a unas temperaturas y presiones altísimas. Su proceso de formación es muy largo, puede durar billones de años. Estos diamantes logran llegar a la superficie gracias a la actividad volcánica, en un viaje de más de 75 millones de años. Puedes verlos en nuestros anillos de compromiso.

¿Qué es un diamante sintético o de laboratorio?
Un diamante lab-grown (o de crecimiento en laboratorio) son diamantes sintéticos .
En 1950 se descubrió el sistema para producir diamantes, la HP HT (Alta Presión y Alta Temperatura), pero la cantidad de energía y tecnología que requería sólo permitía crear cristales muy pequeños. No fue hasta el año 1990, con la incorporación de una nueva técnica llamada CVD (Chemical Vapor Deposition) y con la mejora de la HP HT, que pudieron crearse diamantes suficientemente grandes como para trabajarlos en joyería.
Entonces, el coste de producción para crear un diamante sintético era muy elevado por el gran consumo. Para que te hagas una idea, el precio de un diamante de laboratorio era hace no hace como uno natural… Ante la elección, no había debate. Pero el proceso de creación de un diamante lab-grown animaba a las empresas pioneras a continuar con su desarrollo.
De hecho, desde los años 90 a día de hoy, son cada vez más las empresas que se han sumado en este proyecto y gracias al uso de las energías renovables han conseguido desarrollar diamantes sintéticos de hasta 15 quilates a un coste muy inferior al de los años 50.
La caída del precio del diamante lab-grown ha hecho que muchas empresas del sector de la bisutería y nuevas marcas de joyería apuesten por utilizar este tipo de gema sintética .
Principales diferencias entre un diamante natural vs un diamante de laboratorio o sintético
La apariencia
No hay diferencia visual entre un diamante natural y uno sintético, realmente, un diamante sintético es un diamante porque está cristalizado y formado por la misma estructura química. La única diferencia la encontraríamos en su proceso de crecimiento, uno se forma en la Tierra y el otro en un laboratorio.
Incluso, el GIA (el Instituto Gemológico Americano) ha desarrollado un costoso sistema de escáner para poder distinguirlos.
El precio
Los precios de los diamante sintéticos o lab-grown serán año tras año más económicos, acentuando la diferencia de precio respecto a los naturales.
Además, a medio-corto plazo, está prevista una fuerte bajada de precios del diamante de laboratorio ya que la empresa pionera en diamante De Beers ha invertido más de 90 millones de euros en una planta en EE.UU. para la sintetización del diamante.
Para que te hagas una idea, hace unos meses, De Beers vendía el diamante de 1 quilate, con color H y pureza VS2, de laboratorio a 4200 dólares, mientras que la misma gema natural tenía un precio de 6000 dólares. Poco tiempo después, ya vendía la misma gema por 800 dólares.
Cabe decir que los precios del diamante de laboratorio lo marcan las empresas, no se rigen por los precios de mercado como ocurre con los diamantes naturales.
La sostenibilidad
A priori, el diamante de laboratorio se posiciona como diamante sostenible gracias a muy buenas campañas de marketing. Sin embargo, vale la pena profundizar bien en este tema. Y es que:
- Para producir un diamante de laboratorio con la técnica HpHT se necesita una cantidad enorme de energía. ¡Imagínate, es la misma que necesita un diamante natural durante billones de años!
- Por la sintetización del diamante con HP HT, se necesitan metales como el cobalto, níquel, hierro y manganeso. Son metales cuya extracción minera y tiene un alto impacto, no está regulado y las condiciones son muy precarias.
- Si se sintetiza con el otro método, el CVD, no necesitan metales como catalizadores, pero se consume la energía equivalente a la que requiere una casa durante un mes.
- La mayoría de los diamantes están hechos con HTHP porque es más económico el proceso.
Se dice que esa gran cantidad de energía se obtiene de energías renovables.
Por su parte, el diamante natural consume una gran cantidad de agua para extraer el diamante de su roca madre: la kimberlita. Sin embargo, esta agua se recicla y se reutiliza constantemente. Además, el compromiso de las empresas mineras a día de hoy es altísimo y su impacto está regulado de forma que cada año sea menor.
Sin embargo, más allá de la sostenibilidad ambiental, la industria del diamante natural está comprometida con la sostenibilidad y dignificación social de los países de origen como Botsuana, Namibia y Sudáfrica. Países que gracias a la extracción de esta gema, gozan de buenas condiciones laborales, han podido acceder a la educación y sanidad pública en un 80% de los hogares y tienen acceso a agua limpia y electricidad en el 90% de las casas.
Es decir, los diamantes naturales ayudan al crecimiento y desarrollo socioeconómico de estos países y son su principal fuente económica.
La sostenibilidad: el tratado de Kimberley
Cuando se habla de diamantes y sostenibilidad, no podemos obviar el Tratado de Kimberley. Se trata de un sistema de certificaciones creado para evitar que los diamantes conflictivos entren en el mercado de los diamantes. De esta forma, se puede garantizar a los clientes que no financian guerras ni abusos de los derechos humanos con su compra de diamantes.
Todos los diamantes de Roosik & Co. provienen de países dentro del tratado de Kimberley.
El valor del diamante
El diamante natural es una de las gemas más deseadas, pero es un recurso mineral finito. Piensa que diamantes de la calidad con la que trabajamos en Roosik & Co (colores DEF, pureza superior a VVS2 y triple excelencia) forman parte del 0,02% de la extracción mundial de diamantes. Por eso, año tras año, el precio del diamante aumenta y se vuelve más exclusivo; ser propietario de la más bella de las gemas no se encuentra al alcance de todos.
Bien, hasta ahora.
Y es aquí donde entra con fuerza el diamante sintético, puesto que la producción en masa abaritará el precio del diamante lab-grown, un diamante de igual apariencia que el natural y que es muy atractivo para las empresas de bisutería.
Esto también nos hace reflexionar sobre otro tema: ¿qué valor van a conservar estos diamantes sintéticos en el tiempo?
En este sentido, también entra juego hablar de la perdurabilidad del objeto artístico en sí: el gozo. El diamante natural siempre se ha utilizado en joyería por su belleza, sus propiedades ópticas y su dureza.

Una vez el artista o el orfebre, en nuestro caso Jordi Rosich, diseña y crea una joya, ésta es una pieza para siempre. Y su valor artístico va muy ligado también a la utilización de los materiales que ha utilizado. Es decir, materiales perdurables como metales nobles (oro y platino) y diamantes naturales. Estos materiales siempre tendrán un mayor valor, y el crecimiento de su valor (regulado por el mercado) es exponencial. El valor de esta obra de arte, la joya, crece año tras año.
Porque en Roosik & Co trabajamos con diamantes naturales y no de laboratorio?
Para nosotros cada pieza es única, está hecha de forma artesanal, con todo el cuidado y el tiempo del mundo… No nos sentimos cómodos a día de hoy creando nuestras prendas con diamantes sintéticos.
La joyería es sinónimo de emoción, amor, tradición familiar, legado… Cada pieza es una expresión de nosotros mismos y de la persona que la luce, nos acompaña toda nuestra vida y la de los que vendrán. ¿Está a la altura un anillo con un diamante en serie sintetizado por el hombre de un sentimiento tan noble y único como el de nuestro amor a la hora de pedir compromiso? ¿Qué sentido tiene ofrecer una joya con un diamante de laboratorio más allá de su estética?
Creemos que una joya es algo más profundo… Es un pequeño objeto que nos permite recordar a nuestras personas y vivencias más preciadas, y para siempre. El valor de este recuerdo nos parece imposible de trasladar a un diamante que no haya generado la Tierra durante billones de años, un tesoro de la naturaleza que ha superado todas las inclemencias de altísimas temperaturas y presiones, como cada obstáculo o éxito superado de nuestros caminos y que sellamos con una joya brillante.
Un diamante cuenta una historia y unos valores. También, tu historia y valores.
Por otra parte, en lo que se refiere al debate sobre la sostenibilidad, somos muy conscientes de las comunidades que viven y dependen del diamante natural en todo el mundo, por eso llevamos años trabajando para ofrecerte y trazar el origen de nuestros diamantes.
Gracias a la industria del diamante, países como Sudáfrica, Botsuana, Namibia y Canadá, todos ellos dentro del Tratado de Kimberley, han mejorado las condiciones socioeconómicas del país y el bienestar de sus ciudadanos.
De hecho, el diamante es su principal fuente económica. Sin el diamante, ¿cómo se lo harían para vivir en la zona subártica del norte de Canadá o en los terrenos áridos y desérticos de Namibia? ¿Sabes que millones de sudafricanos trabajan en la industria de la más brillante de las gemas y sus condiciones salariales son dignas y loables?
Si se detiene la extracción de diamante natural, se pone en peligro el bienestar y desarrollo de más de 10 millones de personas. Todo el trabajo conseguido hasta ahora puede resentirse ante la creciente proliferación de nuevas empresas que se suman en el negocio del diamante sintético.
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¡Hasta pronto!